La razón de ser de cualquier empresa es proporcionarles a las personas que la fundan unos beneficios, bien por el trabajo que realizan o bien por el dinero que invierten en ella. Así que tendrás que esforzarte en procurar que tu futura empresa sea rentable compensando el trabajo realizado para que la misma llegue a nacer. Para eso tendrás que intentar prever cuánto dinero va a ganar tu empresa, cuánto tienes que gastar para conseguir dichas ganancias, y si todo esto paga la pena. El plan de inversiones En primer lugar necesitarás una serie de bienes (maquinaria, herramientas, materias primas, etc.) que te van a permitir realizar tu actividad. Estos bienes pueden ser de dos tipos:
Al conjunto de todos los elementos que necesitas para empezar a trabajar se le llama "ACTIVO". Una vez que dispongas del activo necesario para tu empresa, podrás comenzar las actividades y empezar a vender y ganar dinero con eso. La financiación El dinero necesario para pagar todos los elementos que compres para el desarrollo de tu actividad (ACTIVO) tienes que conseguirlo de alguna manera (ahorros propios, préstamos familiares, etc.), es el que se llama "PASIVO". Los recursos monetarios que necesitas pueden provenir de:
DONDE CONSEGUIR DINERO
Ingresos y gastos Una vez que dispones de los medios necesarios y del dinero suficiente, ya puedes comenzar a trabajar. Tienen unas instalaciones, unas maquinillas, unas materias primas, etc., todas ellas debidamente financiadas. El cálculo de la previsión de beneficio o pérdida de tu negocio tendrás que hacerlo restándoles los ingresos que, previsiblemente, vas a conseguir los gastos que tendrás en la realización de tus actividades. Los ingresos de tu futura empresa provendrán de los productos que vendas o de los servicios que llevas a cabo con tus actividades cotidianas. Los gastos son la cuantificación de todos los consumos que tengas durante la actividad diaria de tu empresa. En las tareas propias de la empresa consumirás una serie de productos. Algunos de los consumos no provienen directamente de las actividades de producción, sino que estarán relacionados con tareas más generales de tu empresa, pero igualmente necesarias, como pueden ser los gastos de limpieza de las instalaciones, los seguros que tengas que pagar, o los gastos de teléfono o de correos. |
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